A modo de explicación de nuestro encabezamiento de página.
Eso que vemos es lo que se denomina diseño fractal, un dibujo que obedece a
fórmulas matemáticas que se repiten en diversas escalas y globalmente parecen
ser distintas, pero en realidad es el mismo diseño repetido al infinito, cuando
más grande, diverso, pero es igual a si mismo todo el tiempo. Esta es la mejor
representación que puede hacerse el hombre respecto al universo que lo rodea.
Aunque la metafísica está muerta y enterrada, metafóricamente
nos vamos a poner metafísicos. Hoy no se
concibe nada por fuera de la física y está bien porque cada día estamos más
cerca de llegar al dominio de cosas como la inteligencia artificial, con lo que
se borran las fronteras entre nosotros y el universo material. El universo se
nos presenta en forma de ecuaciones matemáticas, el recientemente fallecido
físico Stephen Hawking, dedicó su vida a hallar la fórmula origen de todas la
fórmulas, lo que explicaría el origen del universo. Una de las inferencias mas
interesantes de este físico es que en el
punto “origen”, previo al llamado Big Bam, o gran explosión, toda la materia
estaría concentrada en un punto de las
dimensiones de un átomo, de tal densidad , que el tiempo no existía. El factor
tiempo comienza a partir de que el universo se comienza a expandir y, según
estudios recientes, lo hace a velocidades crecientes. Todo esto determina que
el denominado tiempo tiene un origen y desarrollo determinado por la expansión
del universo.
Por otra parte, ese universo, se comporta matemáticamente
como un gran fractal, donde las escalas y los modelos se expanden y multiplican
a si mismos.
Es interesante apreciar el placer estético que inspiran estas
figuras matemáticas y esto explica el hecho de que las “buenas obras de arte”,
también siguen proporciones matemáticas. Desde antiguo los escultores y
pintores descubrieron las “proporciones áureas”, que se presentan en todo
aquello que nos es grato a la vista y al oído. Lo que quiere decir que llevamos
el universo dentro, de que somos parte del fractal.
Entonces nosotros mismos, nuestra propia inteligencia puede
ser considerada como una parte de ese modelo fractal del universo. No creamos,
ya lo pensaron los griegos, Platón entre ellos, de que las relaciones están,
solo se nos revelan y nosotros creemos que somos los que las descubrimos o
creamos.
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