En torno a la “ley de usura”, o mejor “la usura de la ley”.
Las propuestas de Cabildo Abierto tendientes a paliar por ley
la desesperada situación de un millón de uruguayos aplastados por los intereses
del sistema financiero, llevaron el tema
al panel de “LA LETRA CHICA”.
Se recibieron las opiniones de la Ex. Jueza Dra. Dora Szafir y por
AEBU su asesor Anibal Pelufo y secretario general Fernando Gambera.
La Dra. Szfir enfocò el problema en su centro, la ley que
fija el nivel de los intereses del sistema financiero, una ley del año 2007,
bajo el ministerio de Danilo Astori, F.A. Por la misma se fija a los bancos el
tope de intereses acumulativos, compuestos, entre 150% 200%. Ahì esta el centro
del asunto, porque las tasas y los mecanismos aplicados son los que han
generados esta situación, no solo a los individuos, también a las empresas,
sobre todo hoy que hay miles de cuentapropistas catalogados como “empresarios”.
No es una cuestión de hacer una ley de trato especial para “vulnerables”, como
pretenden, sin éxito, los legisladores del
mismo cuerpo que aprobó la ley vigente que ha dejado los limites de las tasas al sistema financiero. No existe hoy el “delito
de usura” , como no existirían condenado por homicidio o robo, si se
estableciera el homicidio a partir de los diez balazos o puñaladas, y al
robo a parir del millón de dólares. Pero
el sistema político no se anima a tocar esta ley que le ha dado a los
prestamistas carta blanca para aplastar al país.
Por otra parte, los representantes de AEBU, los empleados del
sistema financiero, mostraron estar alineados ideológicamente con sus patrones,
como lo estaban los empleados domésticos de los lores victorianos. Ellos
participan de las premisas ideológicas de sus patrones, piensan que el “dinero
es una mercancía” que las tasas son “el precio del dinero” y que ese precio lo
fija “el mercado”, es decir, quienes lo prestan, esas son la premisas del
sistema. Carlos Marx desarrolló la idea de que los objetos son mercancías, es decir , bienes de cambio en el
mercado, no objetos para la satisfacción de necesidades humanas. “El mercado”,
es decir los fabricantes del dinero le fijan el precio, como a los zapatos, si
se les limita las ganancias no va a haber zapatos, tampoco dinero.
Pero los bancos no “fabrican dinero”, el dinero es un símbolo
de cambio, por eso, de antiguo, no se permitía cobrar intereses, porque el
dinero generado por los estados no genera el “valor” de las cosas, solo compara
trabajo realizado para la concreción del bien o servicio. En esta ideología se
funda la degeneración del sistema de trasmisión de recursos humanos que se llama “capitalismo”. La concepción
ideológica que llevó al símbolo dinero a convertirse en mercancía, a generar
dinero del dinero, ha terminado esclavizando a la humanidad, a los productores
de los bienes, a los ciudadanos de todos los países. Es la forma mas sutil de
parasitismo social que ha puesto “de cabeza” a la civilización. Estamos
atrapados por una secta “economistas liberales”, que mediante su jerigonza
ininteligible explotan la ingenuidad
humana.
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