Brasil ha dado su primer paso hacia su auto destrucción. El
estado fallido mas grande del mundo en marcha, generalizando, masificando, la
guerra social que se larva en feudos y favelas. Bolsonaro ha decretado el libre acceso a
armarse, según el poder adquisitivo que tengan, los ciudadanos podrán adquirir
todas las armas que quieran, todos los calibres y diseños… es decir que desde
un modesto Rossi calibre 22 a una sub ametralladora M24…tanto como la capacidad
de cada quien de armar a sus matones… Claro, podrá decirse, las bandas se arman
solas, tienen sus proveedores. Bien, se la hacen más fácil diseminando miles en
manos de civiles. Porque si los policías deben defender con su vida sus armas
también tienen la obligación de portarlas permanentemente y por ese motivo son
especialmente atacados por quienes desean armarse gratis… El estado abdica de sus funciones y deja a cada uno la
autodefensa.
No va a ser tan así. Las policías y ejércitos van a seguir
existiendo, pero con otro objetivo: reprimir a los desesperados, a los
desocupados y si les da el cuero, a los guerrilleros que surjan del estado de
miseria programada en marcha.
Y este es el cuadro que nos prometen los Novick , Zubía y
Cia. Para mejor función se miran en las policías corruptas de los estados o de
las provincias vecinas, donde los comisarios son meros mandaderos de los
feudatarios locales, mal pagos por un estado miserable, se corrompen y se
convierten en siervos mercenarios de los capangas locales. Sus milicos
ascienden según las marcas que hacen en las cachas de sus revólveres, como los
caza recompensas de Hollywood, donde marcaban como trofeos sus crímenes.
La sociedad termina resolviendo a balazos todos los
conflictos, desde un incidente de tránsito a un pleito económico. Ya pasa eso
en Colombia donde un cruce de palabras en la calle es mortal…la muerte es libre
para los suicidas.
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