A partir del 1ºde marzo del corriente y de la oportuna
llegada al país del “carmelavirus”, muchos no hemos apagado los televisores
gracias a Netflix y otras cuevas virtuales.
Los que no somos “ni grandes”,”mayores”, sino a secas viejos,
ya los conocíamos, o de no ser distraídos
pelotudos deberíamos…por eso ya no mas rodeos en el lenguaje. Pero de tanto
rodeo resulta que las palabras han perdido sentido, se han vuelto temibles por
sí. Ya los hechos nos son indiferentes, lo grave son las palabras que elijamos
para, no ya definirlos como era su sentido primigenio, sino para encubrirlos
ponerlos fura de nuestras conciencias. Así pues se inventó el “lenguaje
políticamente correcto”. Entonces los cretinos se volvieron “personas con
capacidades diferentes”, podría decirse mutantes y sería mas científicamente aséptico.
Los negros son “afrodescendientes”,
como si todos los africanos fueran
negros. Y nadie le dice a un “no negro” europeo,asiático, porque nuestra
capacidad para discernir entre un chino y japonés. Aunque entre los europeos
hay tantas tribus como en Asia o África, con sus tonos de piel, lenguas y
dialectos. La apariencia exterior entre los hombres es variable como la que
existe entre los perros, simples adaptaciones al medio, solo que no les importa al momento de aparearse, marcar
territorios o pelearse por la comida, lo hacen sin eufemismos, no se mienten,
son simplemente perros.
El asunto del lenguaje “políticamente correcto” intenta “suavizar”
la convivencia simular una bonhomía ausente. Impedir la reacción de las
víctimas haciendo inaccesibles e impunes a sus victimarios. Y esto es lo que
suavizó una campaña electoral en la que se dirimían asuntos vitales para la
ciudadanía tanto como retroceder cuarenta y siete años en el tiempo,
sumergirnos en una caricaturesca versión
del “proceso de reorganización nacional”. La vuelta de “los hijos del proceso”
al poder. Y esto no es mas que eufemismos para describir una situación
inaceptable e insoportable para la gente.
Pero el tener al frente del país a los “civiles del proceso”,
los muchachos de la Asociación Rural, las Cámaras empresariales, a los
funcionarios de la City financiera nuevamente al frente del país, luego de lo
que, para ellos, fue un prolongado “recreo”, o
peor, una escapada de los presos
del celdario.
Pero la desmemoria de muchos, la estulticia de otros y una
especie de fatiga abúlica del pueblo general, hizo que esto sucediera. Y sin
dudarlo pienso que hubo algo más que eso en estos últimos años, una fatiga
entreguista por parte de la dirigencia frentista. Y aquí se acaban los
eufemismos y los rodeos. Porque los eufemismos de nuestros “políticamente
correctos” dirigentes, adormeció las defensas del pueblo ante lo que se venía
hasta que la gente vió el fin de la
primera vuelta electoral, allí algunos intentaron despertar de la opiacia
campaña, a la indiferencia que el proceso electoral los había sumido, como si
todo fuera indiferente, que nada malo iba a suceder.
No aceptamos la maldad infinita. Nos negamos a su existencia.
Y una prueba fueron los “realojamientos”, eufemismo con que los nazis invitaban
a los judíos a subir a sus trenes rumbo a los campos…esa humana actitud de
defensa ante la maldad no logra evitar que el mal cumpla sus designios fatales.
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