Los pueblos que olvidan su historia están condenados a
repetirla.
Luego de la imposición a España de la decadente dinastía
borbónica, tras el tratado de Utrech en 1713, Inglaterra se propone la
destrucción de la nación española en América. Para ello lanza a sus piratas al
caribe a interceptar el comercio, atacan Florida, Cuba y demás islas del
caribe. En 1741 lanzan la gran ofensiva sobre Cartagena de Indias, atacan
Portobello, Panamá, con una flota de 186 buques, 27.000 soldados y 2000
cañones. El almirante Vernon se había
cebado con la captura de Portobello que solo era defendida por 700 efectivos.
En esta guerra participaron colonos ingleses de Virginia comandados por el
hermano del que sería el primer presidente de los EEUU, G. Washington.
Gracias a la inteligencia y capacidad militar del comandante
de Cartagena, Blas de Lezo, se organiza una heroica defensa que culmina con la
derrota total de las fuerzas invasoras en base a los recursos locales y la gran
disposición de los americanos a la defensa de su territorio.
Los ingleses luego de perder casi toda su flota y diez mil efectivos se retiran y tendrán que esperar setenta años
para la conquista, que ya no será territorial,
será comercial y tendrá como “caballo de Troya” las burguesías mercantiles de
los puertos.
Hoy nuestra América se encuentra ante una nueva ofensiva,
esta vez totalmente a cargo de los ex -colonos ingleses, yanquis, en su
expansión continental hacia el sur para apropiarse de los recursos naturales de
nuestra tierra. En esta etapa ya no interesa la existencia de estados nación
que disimularon el coloniaje durante dos siglos. Ahora lo que buscan es la
atomización de las sociedades, su autodestrucción mediante guerras civiles
crónicas, en luchas de bandas que mediante el crimen y la miseria logren
diezmar a la gran nación iberoamericana. Consecuencia inevitable del precedente
estadio de balcanización política.
Irán por partes. Hoy es Venezuela, Colombia ya fue destruida
y colonizada, seguirán la ruta del Petróleo, aguas y minerales, hacia el sur.
Africanizar América latina para facilitar su saqueo, miseria y dolor es lo que
tienen para nosotros. A no engañarse, con las musiquitas en los puentes. Son tambores
de guerra los que suenan. Una guerra que no es de hoy, comenzó hace trescientos
años en Cartagena de Indias.
Esta América, manca, coja y tuerta, como el insigne
Comandante de ayer, dará batalla nuevamente venciendo invasores y traidores.
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