Imitando
a los judíos millones de personas se arriman al “muro de
Facebook”, a dejar sus buenos y malos pensamientos al dios
Microsoft, a su profeta en la tierra Bill Gates, o ingenuamente a un
gran sistema de maquinas en red que en algún lado tienen sus grandes
acumuladores de datos. Todos sabemos más o menos donde está este
dios, su o sus profetas y que es todopoderoso. Ante tanta
omnipresencia la humanidad no tiene otra opción que desnudarse,
confesarse y comulgar inocentemente en la fe en su infinita bondad.
Como
los que van a Jerusalen, dejan sus papelitos en el muro, sus
piedritas, sus votos.
Como
piensan que comparten con la” humanidad” sus vidas, sus
“verdades”, sus afectos y hasta sus imágenes, se desnudan, se
confiesan, pero también piensan que pueden mentirle, tal vez a ese
dios no, pero a los demás feligreses de esta gran cofradía si, pero
como este dios no promete ni vida eterna, ni juicio final, no importa
que en su templo se mientan entre sí sus acólitos.
Pero
hay algo que tal vez no saben los creyentes que dejan en el muro sus
lamentos, es que como el dios de los judíos, Javé, este templo
tiene sus custodios, sus guardianes que como la tribu de Levi, son
los todopoderosos guardianes del templo, custodios de la “buena fe”
que garantiza el poder del dios sobre su pueblo y son los que
administran la justicia divina condenando o absolviendo, perdonando
pero no olvidando a sus ovejas descarriadas. Porque, aunque no seamos
conscientes , seguimos comportándonos como rebaño de bípedos, pero
rebaño al fin, que debemos ser, y somos, conducidos por los pastores
y los sacerdotes del templo.
La
imagen de rebaño humano generada en el seno de aquel pueblo pastor y
desterrado, acostumbrado a los sacrificios de sus congéneres en el
altar del templo para calmar la ira del dios ,recuperar su respeto y
garantizar su obediencia a “la ley”, mas allá de que hoy nos
desvinculamos de la tierra, los ganados y las sementeras, eso se lo
dejamos a una fracción insignificante de gentes que no cifran el
cinco por ciento, en extinción debido a los avances tecnológicos y
productivos, nos vemos, nos imaginamos como pastores de ovejas ,
pastoreados en el desierto.
A
este arcaico y vigente concepto de humanidad obedecen las denominadas
“redes sociales”, con sus “muros virtuales”.
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