A pesar de la tradicional “insularidad” del Uruguay, de sus
aspiraciones a ser “la Bélgica del Sur”, tal vez en cierta medida avalada por
la historia común que nos enlaza con ese país, puesto que ambos fuimos
creados por la diplomacia británica, ambos a instancias de las gestiones de
Ponsomby y Canning, ambos paridos jurídicamente en el mismo año, 1830, uno,
el del norte, para impedir la unidad europea, el otro para obstruir la
americana, pero ambos al servicio de la “perfida Albión”. Hoy su capital
Bruselas es la sede del MCE y de la OTAN, en una Europa unida bajo la
hegemonía anglosajona, la pax-americana de posguerra. La insularidad solo es
la eterna propuesta de los “ofrecidos” a hacer los mandados a los poderes de
turno y esto no significa neutralidad geopolítica, al contrario, significa
jugar de peón. Por lo que, más allá del declarado “federalismo americanista”
del Pepe, del no oculto “unitarismo” militante de Tabaré, o peor, el
claudicante cipayismo de sus opositores, el Uruguay es una hoja a merced del
pampero. Nuestra pretendida insularidad fue exitosa durante las primeras seis
décadas del siglo XX. Nos mantuvimos apartados de la suerte de nuestros
vecinos mientras jugamos el papel que Inglaterra nos asignó. Pero bajo la
diplomacia del dólar la cosa cambió. Así que nuestra paz interior se rompe
cuando la Argentina cae bajo las botas del mercenariaje gorila en 1955.
Brasil en 1964 ambos golpes que salieron de las cavernosidades de las
embajadas norteamericanas manipulando intereses locales. Uruguay quedaría
como una nuez entre los dientes de una tenaza. Uruguay requirió más paciencia
puesto que venía de una paz interior de medio siglo, fue necesaria la
manipulación de la opinión pública para volver a un régimen presidencialista
que nos disciplinara en el autoritarismo. Por lo tanto, no podemos ser
indiferentes a lo que sucede a nuestros vecinos, mas temprano que tarde los
acompañamos en la ruta de su desgracia. La situación creada en Argentina por
la ofensiva mediática contra un gobierno que carece de oposición política
coherente, vertebrada alrededor de algún liderazgo o programa, sólo guionada
por los dueños de “La Nación” y de “Clarín”, eternos enemigos de los
gobiernos peronistas, está intentando una nueva forma de golpismo. Así como
en el Paraguay se logró un “golpe parlamentario”, que diera por tierra con el
gobierno de Lugo, aquí se intenta utilizar la “judicialización de la
política”, como forma de desacreditar al gobierno de Cristina con vistas a
las elecciones de este año. Esta misma estrategia se está aplicando contra el
gobierno de Dilma en Brasil, vemos que hay la misma “ingeniería política”en
ejecución, made in usa. Está claro que es, constitucionalmente, imposible
deponer a la presidente por otro medio que el juicio político parlamentario. Pero
aquí no están como en Paraguay en condiciones de llevarlo adelante por
carecer de las mayorías parlamentarias necesarias. El gobierno tiene su
propia mayoría parlamentaria. Por eso han recurrido a la embestida judicial.
El “sacrificio” del juez:
Queda claro que el juez Nisman no contaba con pruebas que sustentaran
sus acusaciones en un juicio público contra el gobierno, pero estaba
dispuesto a llevar adelante en sus denuncias en el Congreso, en función de
las “pruebas que el agente de inteligencia Sciuto le aportaría a la causa.
Con estos materiales debía realizar la semana siguiente su exposición ante el
Congreso. Ha quedado demostrado que sus acusaciones contra el gobierno no
tienen sustento, no las reiteraré aquí, pero lo que si queda caro es que los
papeles que el finado juez tenía en la mesa para realizar su exposición no
eran de su autoria, no estaban redactados por un jurista y que se había
puesto a subrayar los puntos que iba a utilizar de los mismos, cosa que no
hubiera si fueran propios. El juez fue obligado a volver al país de sus
vacaciones por un imperativo desconocido, puesto a estudiar materiales que él
no había escrito y obligado por alguien a enfrentarse al Congreso en
situación crítica, con argumentos muy frágiles que ya habían sido ampliamente
demolidos por los hechos. Está probado que sus últimos contactos telefónicos
fueron con el agente de inteligencia Sciuto, su principal asesor y guía,
cuando no verdadero jefe impuesto por los “servicios” , que lo dejó
descalzado, al dejarlo sin las pruebas –escuchas telefónicas consideradas
“pruebas” cruciales y que no tendría para el momento de su cita con el
Congreso. Es evidente, que entre la presiones a las que fue sometido Nisman
jugaron los diálogos prolongados con Sciuto en los celulares, presentados
ante la jueza de la causa. Fueron las últimas comunicaciones del juez con el
mundo exterior. Por lo que es de suponer, que éstas fueron las determinantes
en su decisión de poner fin a su vida. Más, aún, me atrevo a pensar, que fue,
no inducido, fue llevado, forzado. A Nisman ”se le hizo un corralito” con una
única salida: el suicidio. Por lo dicho, todo apunta a la inducción al
suicidio de un hombre vulnerable, frágil con “flancos débiles” en su vida
personal que, en manos de los servicios de inteligencia, le hicieron perder
el control de su vida. Expuesto a la infamia o al ridículo, Nisman no daba
“mas jugo”, el único servicio que podía brindar era convertirse en lo que es
hoy: una “víctima” unificadora de la oposición al gobierno. Cordero del sacrificio,
“que libra los pecados del mundo”en el altar de Yavhé.
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“LOS ISRAELITAS SE REAPRTIERON LOS DESPOJOS Y EL GANADO DE ESTAS CIUDADES, PERO PASARON A CUCHILLO A TODA LA POBLACIÒN SIN DEJAR A NADIE CON VIDA….”Josue 11/14 “ YAVÉ LES DIO ÁNIMO A TODOS ELLOS PARA QUE PELEARL, CON EL FIN DE QUE FUERAN CONSAGRADOS EN ANATEMA Y DESTRUIDOS SIN MISERICORDIA, COMO YAVÉ LO TENIA ORDENADO A MOISES”Josué11-20. Poco se puede esperar de un pueblo supremacista , que ha santificado los holocaustos a un dios exterminador. El mecanismo psicológico bíblico sigue vigente, el exterminio es un mandato divino porque el mismo Yavé les animo a la batalla para ser entregados a la furia de Israel. No cabe duda de que la inteligencia israelí sabía perfectamente del ataque preparado por Hamás, pero era necesario generar las condiciones psicológicas que justificaran la acción como una “respuesta “a la agresión. No cabe duda de que Yavé soliviantó los ánimos del pueblo palestino, sitiado, hambreado, bombardeado, humillado durante años y años. En este l
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