Las clases mercantiles portuarias de nuestra America abrazaron el iluminismo con la candidez de todo converso una nueva religión. La filosofía unitaria fue su credo, la masonería su iglesia. Conformados bajo las estrictas disciplinas unitarias -masónicas- trataron al colectivo social como una gran logia. Y las logias se armaban de acuerdo a una Constitución. De ahí surge nuestro fetichismo constitucionalista. Al “ser”, se le impone “el deber ser” según las pautas de la élite iluminada.. Plasmaron en constituciones, leyes y decretos, todos sus sueños, ambiciones y terrores, como si la letra tuviera fuerza mágica sobre la realidad social. Nuestra primera constitución,1830, plagiando a la de una secta unitaria, desconoce a la mayoría de los sujetos de derecho del territorio,(mujeres, pobres, negros, indios y analfabetos), su consumación fue Salsipuedes. Por ello duró ocho años, hasta el año 1838 en que Rivera y sus aliados franceses y unitarios porteños derriban al segundo gobierno const
Artículos periodisticos publicados en diario La República de Montevideo y otros medios.