«Las órdenes eran lo más importante de mi vida y tenía que obedecerlas sin discusión». Adolf Eichman, dijo el militar alemán ante los tribunales que lo juzgaban por su participación en el Holocausto judío. Un hombrecillo común y corriente, como otro millón de alemanes miembros del estado, obedientes y sumisos. Hasta tímido, lo describieron los psicólogos israelíes que lo estudiaron antes de ejecutarlo, buscando la razón de la sinrazón criminal. Esto movió a un psicólogo social norteamericano, Stalnley Milgram, a realizar su célebre experimento , en la Universidad de Yale, entre 1960 y 1963, participando unos mil ciudadanos corrientes, a los cuales se les ordenó a aplicar descargas eléctricas a semejantes, cada vez que éstos erraban una respuesta a un cuestionario, entre 30 y 450 voltios. El resultado de estos experimentos es que el inhibidor de la conciencia moral es la obediencia. Somos determinados a obedecer desde pequeños, toda la socialización se funda en la obediencia a las j
Artículos periodisticos publicados en diario La República de Montevideo y otros medios.